Cada vez más se evidencia la demanda de adolescentes en los gabinetes de psicología, y es verdad que el sufrimiento en esta edad es cada vez más evidente.
Hoy quería hablaros de un tema que me parece de especial relevancia, ya que es un criterio de gravedad en cuanto a como el adolescente esta viviendo su sufrimiento, y son: las autolesiones.
Una autolesión es una conducta en la que la persona se hace daño así misma.
Pero…
¿Son todas las autolesiones suicidas e indican todas lo mismo?
Realmente la autolesión es una forma de gestionar la emoción, entre otras cosas. Generalmente, se sienten incapaces de afrontar sus dificultades o el dolor que sienten.
Podemos considerar algunas autolesiones como no suicidadas, ya que el fin de este acto es auto infringirse daño pero no quitarse la vida. A pesar de esto, existe un riesgo de muerte si el adolescente se provoca heridas o cortes muy profundos.
Los motivos por los que un adolescente puede autolesionarse son diversos. Siempre dependerá de los rasgos de personalidad del adolescente, así como de las vivencias experimentadas, además de cómo sus figuras de apego hayan regulado sus emociones.
La autolesión se convierte en una forma de expresar los sentimientos, ya sea porque encuentran dificultades a la hora expresar como se encuentran a nivel emocional; por dificultades para gestionar la impulsividad junto con una baja tolerancia a la frustración y una dificultad para resolver los conflictos que se presentan en el día a día.
La autolesión les produce una sensación de alivio inmediato, es una forma de derivar a nuestro cerebro hacia el dolor que estas sintiendo y así “parar” esos pensamientos que le atormentan. Pero este alivio emocional es pasajero y es importante abordar este aspecto con el adolescente.
El tratamiento psicológico se basa en realizar un plan de trabajo personalizado para el adolescente y las personas más cercanas, valorar tratamiento psiquiátrico si fuera necesario, y ayudar a identificar los motivos de la autolesión, así como enseñarle estrategias de autorregulación emocional y otras alternativas de gestión del dolor incompatibles con la autolesión.